El Juego es una actividad necesaria para los seres humanos teniendo suma
importancia en la esfera social, puesto que permite ensayar ciertas conductas
sociales; siendo, a su vez, una herramienta útil para adquirir y desarrollar capacidades
intelectuales, motoras o afectivas. Todo ello se debe realizar de forma gustosa y
placentera, sin sentir obligación de ningún tipo y con el tiempo y el espacio necesarios.
El juego infantil es una necesidad básica para un buen desarrollo de la inteligencia y
también para el equilibrio físico emocional del niño/a.
El juego es la actividad fundamental del niño, imprescindible para un desarrollo
adecuado, por lo que éste debe disponer de tiempo y espacio suficiente según su
edad y necesidades. La naturaleza del juego responde a las siguientes características:
Es la actividad fundamental del niño.
Es un modo de interactuar con la realidad.
Tiene su fin en sí mismo.
Es placentero.
Es una actividad seria para el niño.
Actividad espontánea, motivadora, libre.
Favorece el aprendizaje.
Evoluciona con el desarrollo del niño.
Tipos de juego
Conforme los niños van creciendo, sus juegos van cambiando. Inicialmente los niños exploran su entorno a través de estímulos que perciben por medio de sus sentidos y más adelante cuando despierta su interés por el mundo de los adultos, juegan a ser bomberos, maestros, doctores, etc.
Jean Piaget describió los principales tipos de juego de acuerdo al desarrollo del niño, cada uno de los cuales se va perfeccionando conforme éste va creciendo:
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Juego funcional
El niño realiza acciones motoras para explorar diversos objetos y responder a los estímulos que recibe. Este tipo de juego promueve el desarrollo sensorial, la coordinación motriz gruesa y fina, la permanencia del objeto y la posibilidad de reconocer causa-efecto.
Algunos juegos representativos en este estadio son: dejar caer objetos, encontrar un objeto que está aparentemente escondido, alcanzar algún objeto apoyándose de otro, agitar una sonaja, gatear, correr, saltar, encender un juguete presionando un botón.
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Juego de construcción
Surge a partir del primer año de vida y permanece durante todo el desarrollo del niño a la par del juego funcional. A través de este tipo de juego se promueve la creatividad, la motricidad fina (coordinación óculo-manual), la solución de problemas y la ubicación temporo-espacial.
Algunas actividades que representan este tipo de juegos son: apilar y alinear objetos para formar caminos, torres o puentes, armar rompecabezas o crear una casita con sábanas y sillas.
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Juego simbólico
El niño simula situaciones y representa personajes de la vida cotidiana y de su entorno. A través de este juego el niño comprende y asimila lo que observa, escucha y siente, desarrolla su creatividad, imaginación, fantasía y convivencia con sus iguales.
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Juego de reglas
Este tipo de juego surge antes de los 6 años, en él los niños establecen las normas necesarias para jugar, sin embargo pueden cambiar las reglas siempre y cuando el resto de los integrantes estén de acuerdo. Es a través del juego de reglas que los niños aprenden a respetar normas, a esperar turnos, desarrollan tolerancia a la frustración y viven valores como el respeto. Algunos juegos tradicionales son: el lobo, las escondidillas, memorama, lotería, boliche entre otros.
El cáncer es una enfermedad por la cual algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo.
Por lo general, las células humanas se forman y multiplican (por división celular) para formar otras nuevas cuando el cuerpo las necesita, porque las células envejecen, se dañan o mueren. En algunas ocasiones, el proceso no sigue ese orden y las células anormales o dañadas se forman y multiplican cuando no deberían. Estas pueden formar tumores, que pueden ser tanto benignos, como malignos (cuando son cancerosos).
Los tumores malignos invaden tejidos cercanos y también pueden pasar a otras partes del cuerpo y formar nuevos tumores (proceso conocido como metástasis). Por la contra, los tumores benignos no invaden otros tejidos y cuando se extirpan no suelen volver, a diferencia de los cancerosos, pero aún así, pueden ser bastante grandes y provocar síntomas graves y poner en riesgo la vida de la persona.
Ser diagnosticado con cáncer puede ser aterrador a cualquier edad, pero aún más cuando el paciente se trata de un niño. La oncología pediátrica es la especialidad médica que se centra en la atención de niños con cáncer.
En cuanto a la forma de tratarlo, no siempre es igual en niños y adultos. La clase de tratamiento dependerá además del tipo de cáncer y de lo avanzado que esté. Los tratamientos más comunes son:
- Cirugía: procedimiento por el cual el cirujano extirpa el cáncer del cuerpo.
- Quimioterapia: tipo de tratamiento que usa fármacos para destruir las células cancerosas.
- Radioterapia: tipo de tratamiento que utiliza altas dosis de radiación para destruir las células cancerosas y disminuir el tamaño de los tumores.
- Inmunoterapia: tipo de tratamiento que ayuda al sistema inmunitario a combatir la enfermedad.
- Trasplantes de células madre: procedimientos que restauran las células madre que constituyen la sangre de los pacientes en los que se destruyeron con altas dosis de quimioterapia o radioterapia.
Es importante tener en cuenta que los tratamientos contra el cáncer suelen traer consigo múltiples efectos secundarios. Tratamientos locales, como la radioterapia, tienden a afectar al área del cuerpo tratada. Los medicamentos que recorren todo el cuerpo, como la quimioterapia, producen efectos de mayor extensión. Es por esto que los médicos planifican también tratamientos para reducir los efectos secundarios todo lo posible mientras todavía se está tratando el cáncer.
Las consecuencias son difíciles de predecir, pues algunos pacientes pueden presentar efectos secundarios leves, mientras que otros pueden llegar a tener graves problemas. Algunos pueden ser: cambios en la piel, pérdida de pelo, cicatrización tardía de heridas, fatiga, estreñimiento, anemia, diarrea, náuseas y vómitos, pérdida auditiva, llagas en la boca y la garganta, pérdida del apetito, problemas de memoria y concentración, entre otros.
Todo esto puede se agotador, tanto física como mentalmente. Por eso es importante saber cómo afrontar la situación. Algunas recomendaciones para que los síntomas mejoren son:
- Comer alimentos saludables.
- Hacer ejercicio físico.
- Mantener una buena rutina de sueño.
También es aconsejable que los padres o los niños (si ya son lo suficientemente mayores) lleven un registro de los efectos secundarios, anotando:
- Los síntomas y su gravedad.
- Cuándo tienen lugar.
- Qué ayuda a mejorar.
También se puede considerar utilizar otras estrategias de afrontamiento como:
- Técnicas de relajación.
- Masajes.
- Respiración profunda.
- Juegos terapéuticos.
Por último, insertamos por aquí algunos vídeos para comprender mejor, a través de testimonios reales, el impacto de la enfermedad tanto en los niños que la padecen como en su entorno:
Todas las autoridades sanitarias, incluida la Organización Mundial de la Salud coinciden en que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, afectando a la mayoría de países desarrollados.
En España, por ejemplo, existe un 21,2% de niños entre 3 y 12 años que tienen sobrepeso y un 7,1% obesidad. El problema es que los expertos estiman que el 80% de las personas que padecen esta situación actualmente la seguirán padeciendo cuando se hagan adultos.
Los principales factores de riesgo actualmente son:
Factores genéticos: Tener padres que padecen obesidad aumentan las posibilidades que sus hijo lo padezcan igual. Esto se debe por dos razones principalmente: factor genético heredado de los padres y los malos hábitos de los padres se transmite a sus hijos
Dieta inadecuada: Últimamente con los nuevos productos alimenticios sobreprocesados y azucarados es más fácil caer en una mala elección de alimentos y un abuso de estos debido a los aditivos y saborizantes que hacen que la persona tarde más en sentir la sensación de saciedad. Además, tener una dieta hipercalórica con productos saludables, como verduras y frutas, es muy difícil por las bajas calorías que estos tienen y su poder saciante, mientras que con la comida basura es muy fácil caer en esto.
Sedentarismo: Con el aumento de las pantallas, los niños pasan cada vez más tiempo en casa viendo la tele o con el móvil en vez de salir a la calle a jugar con amigos. El hecho de pasar más tiempo en casa tampoco es positivo pues facilita tener unos horarios de comidas más descontrolados.
Para darnos cuenta del problema que esto supone, repasaré mínimamente cuales son las consecuencias de que lo niños padezcan obesidad desde las tempranas etapas del desarrollo:Diabetes tipo II, hipercolesteremia (colesterol elevado), hipertensión arterial; lo que les predispone a sufrir enfermedades cardiovasculares greaves; mayor riesgo de obesidad mórbida en edad adulta, reduce tolerancia al ejercicio físco, problemas respiratorios...
Sin hablar de las repercusiones a nivel afectivo, pues esta situación puede afectarles de forma negativa al desarrollo emocional de los niños y adolescentes causándoles baja autoestima, sentimientos de inferioridad, aislamiento social, comportamientos depresivos y actitudes antisociales. Y esto aumenta el sedentarismo y la ingesta de alimentos por culpa de la ansiedad, haciendo que el niño se meta en un ciclo vicioso ya desde pequeño.
Por eso es tan importante la prevención para este problema, es decir, enseñarle buenos hábitos desde pequeños para que les sea más fácil aplicarlos cuándo se vuelvan adultos independientes. Muchas veces los padres fallamos enseñando a los niños que los alimentos azucarados o con elevados niveles de grasas son premios, quien no ha escuchado "si te portas bien después te compro un helado", este tipo de reforzadores no son los adecuados pues se enseña al niño de forma subconsciente que este tipo de comida son lo que deberían desear. En este video se habla del "marketing de la obesidad", como el marketing de la comida basura juega en nuestra contra y como intentar utilizar su misma estrategia a nuestro favor y así incentivar a los niños a comer sano.
Además tampoco hay que intentar hacer dietas o ver cierto alimentos como prohibidos pues eso solo aumenta el nivel de ansiedad y causa que al final desees esos alimentos más vehementemente. En este video se explica más en profundidad el porqué no se deben hacer dietas.
Lo ideal, es enseñar a comer bien ya desde pequeños, intentando crear platos divertidos y ricos con alimentos sanos, para que puedan comer y pasarlo bien comiendo platos saludables. Os dejo el enlace a uno de nuestros artículos donde repasamos recetas saludables para hacer en familia y este video donde se proponen diferentes ideas y recetas para hacer la comida saludable más entretenida para los niños.
Bibliografía:
Sanitas [Internet]. [Consultado 8 Abr 2023]. Disponible en: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/dieta-alimentacion/alimentacion-infantil/obesidad-infantil-causas.html
Video 1:https://www.youtube.com/watch?v=5EVXsevomac&list=PLDR7bBCBTlHigHKaw9BySVMNwz55bRfEB&index=15
Video 2:https://www.youtube.com/watch?v=IvBGUiJigf0&list=PLDR7bBCBTlHigHKaw9BySVMNwz55bRfEB&index=16
Video 3:https://www.youtube.com/watch?v=sOEC5d5GDnA&list=PLDR7bBCBTlHigHKaw9BySVMNwz55bRfEB&index=18
Video 4:https://www.youtube.com/watch?v=AxWBtArmwCQ&list=PLDR7bBCBTlHigHKaw9BySVMNwz55bRfEB&index=17
Tener una buena rutina de sueño es fundamental para la salud de cualquier persona, pero aún es más importante en niños, bebés y adolescentes. El sueño permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para su desarrollo físico y emocional. También les ayuda a tener una mejor actitud o comportamiento, así como a estar de mejor humor y menos irritables. Además, contribuye a mejorar su capacidad de aprendizaje, lenguaje y memoria.
Por esto, los padres deben vigilar el sueño de sus hijos desde su nacimiento y ayudarlos a desarrollar buenos hábitos para dormir, enseñándoles una rutina orientada a conseguir una higiene del sueño adecuada.
Insertamos por aquí una imagen con algunos consejos para mantener una buena higiene del sueño y establecer una rutina:
Las horas de sueño diarias recomendadas varían según la edad. Por lo general, los bebés de 4 a 12 meses deben dormir de 12 a 16 horas al día; de 1 a 2 años, unas 11 o 14 horas diarias, y los niños de 3 a 5, de 10 a 13 horas, todo esto incluyendo las siestas. Los niños de 6 a 12 años de edad deben dormir entre 9 y 12 horas al día y los adolescentes de 13 a 18 años, de 8 a 10 horas.
Hay otros factores, además de la edad, que pueden afectar a la cantidad de horas de sueño necesarias:
- Calidad del sueño: Si el sueño se interrumpe con frecuencia es de mala calidad.
- Sueño acumulado (privación de sueño anterior): Si se sufre de falta de sueño, la cantidad de horas necesarias aumentará.
- Embarazo: Durante este puede producirse una mala calidad de sueño debido a los cambios hormonales y las molestias físicas.
- Envejecimiento: Los adultos más mayores no suelen tener un sueño tan profundo como los más jóvenes, les cuesta más conciliar el sueño, duermen por períodos de tiempo más cortos y suelen despertarse varias veces durante la noche.
Por último, también se debe tener en cuenta que dormir mal aumenta el riesgo de padecer enfermedades a largo plazo, como pueden ser la diabetes, patologías cardíacas (por presión alta e inflamación), obesidad, infecciones (pues es necesario dormir para que el sistema inmunitario se mantenga saludable y desempeñe su función de defensa del organismo), enfermedades de salud mental (depresión, ansiedad...), etc.
Cuando nos comunicamos con alguien no solo utilizamos la palabra, sino también el tono de nuestra voz, los gestos y nuestra apariencia física. En las últimas décadas se han dado grandes cambios en el área sanitaria y por tanto también han cambiado las expectativas de la sociedad, lo que ha llevado a varios cambios importantes en la vestimenta. Con los años han cambiado las simbologías asociadas a nuestra profesión desde una lámpara (referencia a Florence Nightingale), sellos de la escuela donde te titulaste o los uniformes blancos. Todos estos se han quedado en desuso excepto el uniforme lo que nos lleva a preguntarnos cuál es la perspectiva de los niños al respecto.
En 2010 se realizó un estudio en un Centro de Salud de Pontedeume (A Coruña) para evaluar las preferencias de la población pediátrica en relación con la vestimenta de los profesionales de enfermería. La muestra elegida fueron 112 niñ@s de entre 3 a 14 años. Los resultados mostraron que el 53,6% de los niños preferían que el personal sanitario fuera femenino, contra el 15,17% que prefería masculino. El 44,6% prefería personal joven, mientras que un 26,8% prefieren de mayor edad. En esta pregunta se vio como los niños de menor edad preferían enfermeras jóvenes, posiblemente por relación a su madre, mientras que los de mayor edad preferían a enfermeras mayores por su experiencia asociada. El 68,75% prefiere vernos con uniforme de trabajo contra un 19,64% que prefiere ropa más informal. Se les preguntó si preferían ver pijama completo o solo bata y quedaron las respuestas muy igualadas con un 42% y un 39,3% respectivamente. En cuanto al color del uniforme un 49,1% prefería el azul y un 42% blanco. Por último, un 57% prefiere uniformes con dibujos, mientras que un 35,7% los prefiere liso. Aunque nuestro tipo de vestimenta no tenga que ver a la hora de la verdad con nuestra profesionalidad y competencia, debemos saber que el primer paso en la relación asistencial es ganarnos la confianza y respeto de nuestros pacientes y familiares, y así facilitar el proceso de salud-enfermedad y el éxito terapéutico, y más si estamos hablando de niños.
Bibliografía:
Tizón Bouza E, Santiago Lopez MC, Vazquez Campo M, Aboy García A. Imagen profesional enfermera en el centro de salud: percepción de los niños respecto nuestra vestimenta. Enfermería Clínica. 2012; 22 (2): 91-4
En 2015, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) demostró "no hay evidencia científica suficiente para respaldar un vínculo causal entre los videojuegos violentos y el comportamiento violento". ¿Puede decir que ver videojuegos violentos puede aumentar la agresión y el comportamiento violento? Sí, pero otros factores, como el entorno y el historial de violencia, juegan un papel, por lo que no existe una relación causal directa.
La presidenta de la APA, Sandra L. Shulman dijo: "la violencia es un problema social complejo que a menudo se deriva de muchos factores que merecen la atención de los investigadores; atribuir violencia a los videojuegos no es científicamente correcto, esta declaración distrae la atención de otros factores, como las historias violentas".
La adicción a los videojuegos es una realidad cada vez más común entre los adolescentes. El psicólogo Marc Masip nos lo explica:
Vídeo1
Aquí Diana Al Azem trae una serie de consejos para poner límites a la adicción de tus adolescentes:
El grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se dedica al estudio de los accidentes en la infancia han calculado una estadística donde se puede observar que debido a las mejoras en la sanidad ahora mismo se registran un número dos veces mayor de muertes por accidentes que por el conjunto de todas estas enfermedades: sarampión, escarlatina, tosferina, disentería, tuberculosis y poliomielitis.
Es importante que las madres conozcan y recuerden los peligros que pueden tener sus hijos para saber utilizar los medios preventivos adecuados para evitar este tipo de tragedias.
Los lactantes están en un ambiente de relativa protección y están expuestos a peligros que no dependen de ellos mismos, sino de la vigilancia de los mayores: sofocación por exceso de ropa en la cama, caídas desde la cuna o el cochecito, asfixia por ingestión de alimentos o diferentes objetos
Los niños en edad preescolar (1-4 años) están expecialmente expuestos a accidentes por su curiosidad que les impulsa a querer saber y su inexperiencia que no les permite distinguir que es peligroso. Suelen ser comunes los accidentes en el hogar con instalaciones eléctricas, quemaduras o intoxicaciones.
Los niños en edad escolar predominan los accidentes por vehículos de motor, cuando se le empieza a dar más autonomía a los niños, como ir solos a clase o jugar con sus amigos por la calle. Los niños son muy despistados en esta etapa y están muchas veces en su mundo, por eso es tan importante inculcarles la importancia de las señales de tráfico y lo peligroso que puede ser cruzar sin mirar.
Los agentes con los que se debe tener especial cuidado son:
El fuego:
Es sumamente peligroso dejar a niños al alcance de cerillas o mecheros, además mucha ropa que usan los niños es inflamable. Por eso se debería procurar confeccionar a los niños con tejidos ininflamables, aunque puede ser un poco más caro. Las chimeneas y estufas deben estar suficientemente protegidas para que los niños no se puedan acercar a ellas o que no desprendan chispas que puedan perjudicarles. Es muy importante educar a vuestros hijos para que entiendan el peligro que supone
Quemaduras por electricidad:
Deben protegerse los enchufes pues los niños podrían intentar meter los dedos o algún objeto metálico que podría electrocutarlos. Además también se debe vigilar el cableado de los aparatos eléctricos para evitar quemaduras por tocar cables en mal estado. Lo mejor para los enchufes son protectores de plástico con seguro para niño como los de la foto.
Líquidos hirviendo:
Un accidente por desgracia muy frecuente son los que ocasionan los líquidos calientes. Cuando los padres están cocinando es común que el niño ande correteando por la cocina y puede ser que con alguna caída o metiendo la mano en algún lugar que no deba le caiga aceite o agua hirviendo. Por eso es importante alejarlos de este tipo de objetos calientes.
Baños de sol:
Es muy peligroso que los niños estén largo rato bajo el sol sin protección de gorros o zonas de sombra. Esto podría causar quemaduras e insolaciones, incluso pudiendo llegar a complicaciones cerebrales o pulmonares y de deshidratación. Lo más recomendable es que cuando empiece el verano se les deje estar un rato y con el paso de los días ir aumentando el tiempo para que el cuerpo del niño se vaya adecuando poco a poco al sol.
Playa y mar
El mar es impredecible, y aunque parezca estar calmado siempre puede aparecer alguna ola algo más grande de lo normal o algún desnivel en la arena que lleve a los niños a caerse al agua. Es importante observar y vigilar al niño constantemente cuando se acerquen a la orilla. Además se debería avisar al niño de lo peligroso que es el mar para que el no esté demasiado confiado jugando, y más cuando aún no saben nadar.
También se debe tener mucha precaución en zonas rocosas por el riesgo de caídas y cortes.
Intoxicaciones:
Hay etapas de su desarrollo en los que los niños conocen los objetos metiéndoselos en la boca, por eso en esta etapa podría ser peligroso que entrara en contacto con productos de limpieza o medicamentos. Lo mejor para evitar este tipo de accidentes es guardar estos productos en alacenas diferentes a las que se ponen los alimentos, y que se encuentren fuer a de su alcance.
Los pequeños objetos:
En la etapa que nombre anteriormente es realmente peligroso objetos pequeños pues podrían llegar a comérselos y atragantarse con ellos, metérselos por la nariz o incluso que lleguen a taponar la faringe causando que el niño tenga dificultades o sea incapaz de respirar. Por eso se debe tener mucho cuidado con los objetos que se ponen al alcance de los niños y en caso de duda de si ha ingerido algún objeto lo mejor es ir a urgencias pues "más vale prevenir que curar".
Bolsas de plastico:
Las bonitas y prácticas bolsas de plástico pueden ser de lo más peligroso en las manos de los niños. Este material no es poroso y se adhiere a la piel de los niños, por eso al jugar con ellas poniéndolas de sombrero o metiendo la cabeza resulta tan peligroso pues hay un gran riesgo de asfixia.
Caídas
Es imposible pretender que los niños no se caigan, son niños, es normal que jugando y corriendo se caigan, lo que se debe intentar es que la zona en donde jueguen no sea especialmente peligrosa. Por ejemplo, subirse a la mesa o alguna silla para alcanzar algo, escalar arboles, jugar cerca de pozos o jugar cerca de animales de granja como vacas o caballos.
Traumatismos
El cuerpo de los pequeños es aun muy delicado por eso debemos intentar evitar tratarlos con brusquedad. Los tirones de brazo o muñeca podrían llegar a dislocarlos, o por ejemplo cuando jugamos con nuestro hijo a darle vueltas por el aire debemos darnos cuenta de que no podemos cogerles por las manos o los brazos, sino por las axilas para evitar este tipo de lesiones.
Imprudencias
Las distracciones de los pequeños en la carretera pueden resultar letales, por eso cuando estamos cerca de los coches debemos estar pendientes de nuestros hijos. Además debemos inculcarles la importancia de tener cuidado con los coches.
Sé que después de leer esta lista de peligros tienes ganas de ponerte a envolver toda la casa y a tu hijo con plástico de burbujas, pero no es necesario. Con este artículo no buscamos causar miedo a las madres, solo informar para conocer los peligros y así poder ser conscientes de ellos y tomar las medidas preventivas adecuadas.
Bibliografía:
Los niños, algunas normas para su protección. Barcelona: Nestlé;1962.
El embarazo en la adolescencia es un problema de salud pública y una gran tragedia a nivel social. Tiene un mayor riesgo para la madre y el bebé que los embarazos de mujeres mayores de 20 años. Las complicaciones en el embarazo y a esta edad son la principal causa de mortalidad de las niñas de entre 15 y 19 años en los países en vías de desarrollo.
Los embarazos adolescentes suelen ser no deseados y, en muchos casos, se producen mediante violencia física, psicológica o sexual. Además, dan lugar a complicaciones sociales, psicológicas y familiares, que afectan negativamente al rendimiento escolar de las jóvenes.
Se sabe que, en el mundo, se producen unos 16 millones de nacimientos de hijos de madres adolescentes. Un 95% de esos nacimientos tiene lugar en países subdesarrollados.
Las tasas de mortalidad representan el 15% de las causas de muerte en mujeres jóvenes menores de 20 años.
Cabe mencionar además que es frecuente que la madre presente problemas tales como anorexia, bulimia, desnutrición u obesidad. También que no cuente con una pareja estable y que presente un bajo nivel socioeconómico.
La morbilidad neonatal en hijos de madres adolescentes incluye, entre otras causas, bajo peso al nacer, prematuridad, asfixia perinatal y lesiones asociadas a la vía de nacimiento.
La epidemiología se trata del estudio de la distribución y de los determinantes de estados o eventos relacionados con la salud y la aplicación de estos al control de enfermedades y otros problemas de salud. Para los niños y adolescentes existen varios indicadores que nos pueden aportar información sobre la salud y la enfermedad, entre los que destacan las tasas de morbilidad y de mortalidad.
a) Morbilidad infantil:
Se trata de un alejamiento del estado de bienestar físico o mental debido a una enfermedad o traumatismo, del cual está al tanto la persona afectada, excepto aquellos paciente que debido a su edad no son conscientes de la afección. Estadísticamente, es el número proporcional de niños afectados por una enfermedad en una población, comunidad o país en concreto y en un momento determinado.
Las alteraciones que afectan a los niños pueden ser crónicas o agudas, siendo las últimas las más frecuentes. Las enfermedades crónicas son aquellas que provocan un grado de incapacidad más o menos permanente, que afectan de forma negativa a la vida del niño (tanto a nivel escolar como social) y que duran más de tres meses. Por la contra, las enfermedades agudas son situaciones transitorias por las cuales, tras un periodo corto por lo general, quienes las padecen o bien mueren debido a su intensidad, o recuperan su equilibrio y estado de salud.
En función de la edad, también varían las enfermedades más comunes:
- En la etapa de lactante predominan las infecciones bacterianas, las alergias alimentarias, la presencia de parásitos, las alteraciones metabólicas, traumatismos e intoxicaciones.
- En la etapa infantil abundan las patologías crónicas, las intoxicaciones, la aparición de tumores, las alteraciones neurológicas...
b) Mortalidad infantil:
Es el número proporcional de niños que mueren en una población y en un tiempo determinados. Se trata del indicador más sensible al estado de pobreza y atraso de una sociedad, por lo tanto, uno de los parámetros más importantes a la hora de establecer el grado de desarrollo de un país.
Se pueden distinguir varios indicadores de mortalidad, que incluyen el número de recién nacidos fallecidos en un año (en relación con el número total de neonatos vivos ese año):
- menores de 7 días: mortalidad neonatal precoz.
- de 7 a 27 días: mortalidad neonatal tardía.
- menores de 28 días: mortalidad neonatal.
- menores de 1 año: mortalidad infantil.
Aparte de estos, también existe el indicador de mortalidad perinatal, que es una de las medidas utilizadas como indicador de salud y bienestar de la población de un país y que recoge los recién nacidos fallecidos entre la semana 25 de gestación y el séptimo día después del nacimiento.
Se sabe, gracias a la realización de diversos estudios, que la mortalidad por deficiencia nutricional (muy diferente según la zona), además de ser una de las causas fundamentales de muerte en el 57% de los niños fallecidos antes de cumplir los 5 años, alcanza su punto máximo en el tercer o cuarto mes de vida del primer año.
También se concluyó que la mortalidad infantil es mayor en zonas rurales y que se produce, mayoritariamente, durante el segundo año de vida.
Además, se descubrió que las enfermedades diarreicas son la principal causa de las muertes.
La infancia y la adolescencia son la base del desarrollo futuro del individuo. De ahí que las necesidades de salud adquieran una especial relevancia en ese periodo. Cualquier circunstancia que las modifique, como es el caso de la enfermedad crónica, supone un impacto al normal desarrollo del adolescente ya que sumerge al afectado y a la familia en un estado de desequilibrio.
En estos casos las problemáticas que tenemos que considerar son:
El tiempo de duración del proceso o de sus secuelas. En contraposición al adulto es preciso tener en cuenta que en los niños y niñas un período de pocos meses puede interferir de forma importante en una etapa de la vida, y condicionarle en diversos grados para edades futuras.
Las limitaciones, discapacidades y minusvalidades que conlleva. Hay que matizar sobre cada proceso, puesto que cada uno tiene sus particularidades que lo distingue
Las necesidades de servicios especiales o prestaciones que requiere
Además, también se debe tener en cuenta las problemáticas que se dan a nivel psicológico y social como:
Perturbaciones en la dinámica familiar y origen de conflictos en el seno del grupo
Perturbaciones en el ámbito escolar y en sus relaciones con sus pares
Carencias relacionadas con las redes sociales y de apoyo por parte de quien las sufre y del grupo familiar
Posibles repercusiones de la enfermedad en el desarrollo del adolescente
Independencia-dependencia: Se interrumpe la consolidación de la independencia y aumenta la dependencia de los padres o terceros: médicos, enfermeras
Imagen corporal: Dependiendo del caso, se puede producir una agresión de la imagen corporal o miedo a los efectos de la enfermedad: secuelas físicas o discapacidades, conllevando:
Disminución de la autoestima
Alejamiento de los amigos
Ausencia del Instituto y de sus actividades habituales
Ansiedad sobre la función sexual o relaciones
Depresión o ira
Grupo de amigos: separación, miedo a la reintegración
Identidad: efecto de la enfermedad sobre su futuro
También es importante que sepamos las diferentes respuestas que pueden tener hacia su enfermedad, pues nos ayudará a prepararnos a esas conductas y a entender que estas son totalmente normales. Debido a esta nueva noticia situación, muchos pasan por una especie de "luto" al perder capacidades o independencia, aunque esta perdida sea temporal.
Conmoción: Reacción de aturdimiento e impotencia. Dificultad para reaccionar a corto plazo
Aceptación: Poco frecuente en la primera y media adolescencia. Adaptación con actitudes más realistas, no negando las dificultades presentadas y los sentimientos dolorosos que les acompañan
Rechazo: Negación de la realidad y búsqueda desesperada de una solución mágica. Rebeldía, incumplimiento de citas, medicación. Descuidándose como no lo había hecho hasta entonces. Queriendo ignorar lo más posible su enfermedad, pues bastante se lo recuerdan sus padres.
Regresión: Vuelve a hacerse más dependiente de sus padres y otros adultos y muestra un comportamiento más infantil
Proyección:Transfiere sus sentimientos de frustración a otras personas (médicos, personal sanitario)
Desplazamiento: Los sentimientos de frustración son transferidos a objetos o cosas, por ejemplo: lanzar objetos o golpearlos
Compensación: Intenta compensar el déficit en una parcela centrándose en otra actividad
Intelectualización: Separa la realidad del impacto emocional. Se interesa por los aspectos técnicos de su enfermedad
La reorganización del desequilibrio familiar, pasada la situación de crisis, es básica en el desarrollo del proceso, dada la importancia del soporte familiar en el mismo. Si se logra que el niño sea aceptado en su propia familia, sin sobreprotección, sin infravaloración, sin miedos ni vergüenza, estaremos poniendo los cimientos para que el niño se valore y acepte a sí mismo, y poder conseguir su integración a nivel escolar y familiar.
La integración del adolescente en el ámbito escolar es muy positivo pues supone afrontar ante los demás su enfermedad fuera del ámbito familiar, aprendiendo nuevas formas de contacto y adaptación al medio. Cuando se trata con adolescentes no se debe olvidar nunca la importancia de las relaciones entre gente de su misma edad.
Como actuar en estos momentos es algo realmente difícil, por eso lo más importante es tratar esta situación con un equipo multidisciplinar que ayude tanto al adolescente como a la familia a adaptarse a esta nueva situación.
Bibliografía:
Redondo Figueira CG, Galdó Muñoz G, García Fuentes M. Atención al adolescente. Santander: PUbliCan; 2008.