29 de marzo de 2023

EL PROCESO DE DUELO

¿Cómo pueden sobrellevar niños y adolescentes la pérdida?


Los procesos de duelo son importantes, tanto a nivel social como familiar, y también a nivel de salud mental, pues trastornos como la depresión y la ansiedad son muy frecuentes ante estas situaciones.

Primero vamos a definir el concepto. El proceso de duelo se trata de la adaptación que se debe recorrer siempre que se pierde a alguien o algo importante en nuestras vidas, teniendo que aprender a vivir sin ello. Se trata de un proceso natural, activo y que implica a la vida íntegra de la persona (tanto sus aspectos biológicos, como los psicológicos y sociales).

Cuando se habla de duelo, normalmente nos referimos a la pérdida de un ser querido, pero también puede haber pérdidas de otro tipo que ocasionen procesos de duelo parecidos.

El propio proceso de crecimiento trae consigo muchas pérdidas, lo que se conoce como duelo de la infancia, imprescindible para la evolución y el desarrollo psíquico de los niños. Otras pérdidas a lo largo de la vida pueden ser: las rupturas amorosas, los fracasos académicos, el divorcio de los padres... En esta entrada vamos a centrarnos en el primer caso.

Los niños reciben educación sobre la muerte en casa y en el colegio pero, al tratarse de un tema tabú para los adultos, se trata de un tema que se va dejando de lado ya que los niños perciben la incomodidad de sus familiares y profesores al hacerles preguntas sobre ello.

Es importante tener en cuenta que según la edad la forma de percibir la muerte es muy distinta.
Los niños de 2 años o menos no entienden la muerte y sólo reaccionan ante la muerte de los padres o cuidadores más cercanos, viéndose más afectados por la tristeza del que sigue vivo que por la propia ausencia del fallecido. Se produce un aumento del llanto, una disminución de la capacidad de respuesta y cambios en la alimentación o en el sueño.
Los niños de 3 a 6 años ven la muerte como algo temporal o reversible. Se sienten culpables por ella y no son capaces de expresar lo que sienten con palabras, por lo que presentan comportamientos como la irritabilidad o la agresividad.
Los niños de 6 a 12 años ya entienden la muerte como un fin y como algo que llega a todo el mundo y no se puede evitar. También pueden presentar sentimientos de culpa y les cuesta expresar sus emociones.
Los adolescentes tienen la misma compresión que un adulto acerca de la muerte, pero no tienen las experiencias. Pueden no aceptar la ayuda de sus familiares y pasar más tiempo solos.
 
Algunas de las muchas medidas para ayudar a los niños y adolescentes a afrontar una pérdida pueden ser:
- Explicarles la muerte de forma delicada pero real, por ejemplo decirles que se debe a que el cuerpo de la persona dejó de funcionar.
- Dejar que expresen sus emociones y su dolor ante la pérdida. 
- Compartir con ellos también lo que sentimos nosotros, para que vean que no están solos
- Evitar cambiar de rutinas o comportamientos.
- Hacerles entender que lo que sienten es completamente normal.
- Si el problema es de mayor gravedad, también se puede considerar recurrir a terapia psicológica.

Bibliografía:
Colegio de médicos de bizkaia. Guía sobre el duelo en la infancia y la adolescencia. Formación para madres, padres y profesorado. Disponible en: https://www.sepypna.com/documentos/Gu%C3%ADa-sobre-el-duelo-en-la-infancia-y-en-la-adolescencia-1.pdf


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